Miércoles 16 de marzo del 2005 , 08.00 am
Intro:
La vecina de la esquina,
Por su parte, la hija se había prometido a si misma evitar por todos los medios visitar la casa de su madre, por lo menos con su consorte y sus hijos. Un lugar deprimente, oscuro, sucio, insalubre, lleno de cosas inservibles, distaba del ambiente que Eufemia quería proyectar hacia sus hijos. Por lo demás la relación que tuvo con Claudio nunca fue buena, haciéndole honor a la verdad nunca fue y ambos han sido indiferentes. De hecho, Eduardo, al morir su abuelo, se enteró que tenia un tío por parte materna, a las ocho años de edad.
Al día siguiente de terminar con Simonne, Prado debe poner en orden las cosas y seguir con su vida de forma normal: "¿Cuales serán los pasos? ¿Titubear eternamente en la ambigua bisexualidad? Continuar con la seguidilla de mentiras y sentimientos falsos?."
“No considero que haya algo falso, simplemente no supe canalizar todo y se me fue de las manos. En realidad jamás dejaré de quererla, pero algo mas que físico es lo que siento por la gente de mi mismo sexo y quiero experimentar cosas, dejarme llevar un rato y despojarme de la represión y la culpa.”
Todas estas reflexiones son el contexto de una nueva jornada en Lastarria. Muchos rostros nuevos por esta estupida fusión. Y otros tantos ya conocidos. No hay un saludo ni una consideración que se le asemeje, al entrar al aula el Antihéroe solo mira a un par y eso sería el saludo diario. El ritual de la cotidianeidad se limitaba a Manzano, Velasco, Beltrán y unos cuantos. Excluyamos a Labarca que va en un curso aparte. (Menos mal!). En la sala 207 solo para decir presente, la primera clase del día viernes es con el Sr. Flores, un octogenario docente de filosofía que aparte de delirar gran parte del día expele humo hediondo desde su pipa en cualquier parte del establecimiento, como si tuviera un fuero, nadie se atreve a contradecirlo por su vicio.
“Es así como me debo cambiar de sala sin saber donde quedara aquella que me recibirá miércoles y viernes para Filosofía electivo. Mientras Flores nos da la bienvenida comparto banco con Velasco, sus frías manos dan paso a su hiperquinetico dialogo. Me arrimo a un rincón cerca de las cortinas, mientras mas oscuro sea mejor. No se tarda en notar un cambio en mi conducta o por lo menos en la ultima semana. Tras ires y venires Velasco termina convirtiéndose en mi confidente, superando claro a Lisandro quien no hace mas que escuchar. Velasco alimenta la llama de mi bisexualidad, otorgándole un prisma lucido y positivo. Yo le digo que la decisión debe ser tomada ya pronto y de la represión contenida. Velasco también tendrá días difíciles , se los prometo…"
La tv suena fuerte, las noticias, los niños juegan , la música desde la ultima pieza a la izquierda invade el sector, suena Ramires! “Chico de Ciudad”
Alfredo: No puedo llevármelo donde mi mamá sabes como están allá las cosas
Tu mama
No llevaré a Mateito a esa casucha!, Mi mama vive en otro mundo aparte, no se puede contar con ella.
¿y a donde vas a ir tu mañana?.
No alcanza con lo que tenemos …. Ya no puedes seguir pagando el dividendo. Y estamos comiendo con los justo…, debo moverme debo hacer algo. Baja esa tele … me oyes ?
Yo no soy como tu.
….
Prado y Velasco esa misma tarde se ven al ultimo recreo, y llegan a una conclusión unánime. “Sin emociones”. Ambos se mostraban reticentes a asumirla. La gente de su generación todas pasaban por procesos de cambio o asimilación de estos, donde el mas mínimo cambio alteraba el estado anímico de los sujetos. Velasco impulsaba a Eduardo a que actuara por sus propios deseos y que hiciese lo que fuese posible por ser feliz. Fiel a los ideales griegos, que ponga en practica todas esas cosas de las que ellos hablaban. Ambos cierran un pacto, en pos de construir sus perfiles humano-científicos, que determine la modalidad a proceder y manejar la situaciones a su favor, tener una perspectiva global y pensar frío.
Pero lo que Velasco ignoraba eran los placeres reprimidos que por tantos meses tenia nuestro antihéroe, no era solo un tema de Identidad , sino un dilema carnal, que tiene solución nada mas que llevándolos a cabo.
Comparten el mismo vagón de metro, Eduardo deja a su amigo en el andén, pero ... sabe que no es la estación para poder llegar a su casa, hoy se dará un pequeño lujo, que hace tiempo no se daba. Suda, el calor de marzo aún no nos deja en paz. Sube unas anchas y antiguas escaleras, mira hacia todos lados, apaga su celular, guarda su billetera en la mochila y golpea la puerta. Un tipo somnoliento se entre asoma y le sonrie, lo hace pasar. (Literalmente).
1 comentario:
Aun recuerdo mis dias de adolescente, en que, como decias, el mas minimo cambio alteraba mi animo llevandome a una depresion o al extasis total, concluyendo al final en un estado sin emociones.
Delirante, sorprendente. Tus historias las devoro y me devoran, me absorben.
Qué bueno que al fin apareciste!
Yo igual espero mas cosillas en tu blog.
Un abrazo amigo bloggero, ha sido un placer. No. Un gusto. Un placer sale mas caro...
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